miércoles, 10 de julio de 2013

Comenzando...

Y aquí estoy... frente a una página en blanco pensando como presentarme... Se me ocurre empezar diciendo que soy de esas mujeres a las que le cuesta darse por vencidas, aún en los peores momentos. Que pertenezco al grupo de las que piensan que las cosas tienen un porqué y un para qué. De las que sienten que no todo está perdido...
Me acerco a los cincuenta sigilosamente, y desde hace una década, aprendí y comprendí lo que significa el otro, aquel que antes parecía distante y hoy está tan próximo. Sentí, por vez primera, la mágica emoción de ser parte de un algo más grande, que convoca, que llama a estar atentos, a participar, a jugársela por una idea.
Acepté el convite de participar en este espacio porque también tengo cosas que decir, que compartir, que poner sobre la mesa.
El poema "Nunca volveré" de Meena es el que creo, nos define a muchas de nosotras, quienes a partir de "haber despertado" nunca volveremos a ser quienes éramos. Comparto con ustedes, en esta mi primera entrada al blog, sus palabras eternas.

Nunca volveré

Soy la mujer que ha despertado.
Me he levantado y convertido en tempestad entre las cenizas de mis criaturas abrasadas.
Me he alzado desde los arroyos de la sangre de mis hermanas.
Me ha dado fuerzas la cólera de mi nación.
Mis ruinosas y quemadas aldeas me llenan de rabia hacia el enemigo.
Soy la mujer que ha despertado, 
He hallado mi camino y nunca volveré.
He abierto las puertas cerradas de la ignorancia,
Me he despedido de todos lo brazaletes de oro.
Oh, compatriota!  ya no soy la que fui.
Soy la mujer que ha despertado.
He hallado mi camino y nunca volveré.
He visto criaturas sin hogar vagando descalzas,
He visto novias con jena vistiendo luto,
He visto gigantes muros de prisiones devorando libertad en su feroz estómago.
He vuelto a nacer en medio del coraje y la resistencia épica.
He aprendido el canto de libertad en el último aliento, en las olas de sangre y en la victoria.
Oh compatriota! oh hermano! no me veas más como débil e incapaz.
Con todas mis fuerzas estoy contigo en la senda libertadora de nuestro país. 
Mi voz se entremezcla con miles de mujeres de pie.
Mis puños se enlazan con puños de miles de compatriotas.
Junto a ti he subido  los escalones hacia el camino de mi nación,
Para acabar con todos esos sufrimientos y romper los grilletes de la esclavitud.
Oh compatriota! Oh hermano! ya no soy la que fui. 
Soy la mujer que ha despertado.
He hallado mi camino y nunca volveré.


Por las que hoy estamos. Por las que estuvieron ayer pero sus voces fueron enmudecidas. Por las que vendrán. Por todas ¡¡Salud!!

Vivi

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